jueves, 9 de abril de 2015

La tercera es la vencida: pequeñas fugas de dinero en Primark

Tercera visita a París, ahora para quedarme por un buen tiempo. El día que llegué había mucho sol y pensé -ingenuamente- "¡terminó el invierno! ¡tengo mucha suerte!" y como me pasó en Nueva York hace dos años, el frío aquí no se va en unos días y es mucho para mi que incluso odio el calor y cuando en el D.F. estamos a 26 grados yo me quiero matar y no salir nunca, básicamente o más bien literalmente me pongo así:


*Escena favorita de La Espada en la Piedra


Aunque extraño mucho México sé que debo aprovechar la oportunidad de estar aquí así que con ayuda de ciertas personas que me hacen salir de mi cueva donde veo series todo el día, he explorado un poco más llegando a la conclusión de que entiendo perfecto a los originarios de esta ciudad que odian a los turistas, es como vivir como en un 'Día de la marmota' en el Zócalo en pleno 15 de septiembre (¿se entendió eso? no pienso repetirlo jiji). En pocas palabras- o en una frase que no haga parecer que no pasé cuatro años en la universidad-, hay mucha gente en París y se concentran en pocos lugares.


Pero dejando atrás las quejas por la cantidad de personas, las ratas y la equivalencia pesos-euro, podemos decir que el arrondissement 18 (a.k.a donde está el Sacre Coeur) es de los que más me gustan y más me disgustan en esta ciudad. No me gusta que las calles parezcan un cerro, pero me gusta la variedad de tiendas y lugares que hay para tomar café o lo que sea. Mi bar favorito está cerca del metro Pigalle y se llama Le Sans Souci, es muy pequeño, pero la música es excelente y las tablas de quesos y charcutería son muy buenas; hay una mini mini cabina para el DJ en turno que puede ser un hipster con sus tenis Stan Smith o un tipo de dos metros con gabardina y barba (no guapo, no se emocionen). Me gustó que la primera vez que entré escuché a Arcade Fire, lo cuál me hizo recordar un Vive Latino y a Jenny de Hype The look, porque es muy frita y siempre está hablando de cuando los vio en vivo (bueno no siempre, porque habla mucho de Zara e Inditex también).


En otros asuntos caminé desde Place D' Italie a Rivoli y de Trocadero a Chatelet. No me tomo la molestia de marcarlo en un mapa, pero si tienen tiempo y lo ven en Google es como una distancia de la Villa a Santa Fe, o por lo menos así lo sentí y mis pies también porque usando botas de Zara NO se puede explorar ninguna ciudad (sí, sí que vengan los Amancioliebers a desmentirlo).



Por otra parte, hice mi visita a una parte que no es París, pero que el metro llega a ahí, esto para visitar la siempre llena Primark. 66 euros después y cargada con cosas inservibles como kleenex de One Direction me di cuenta de que es una peligrosa trampa el entrar a esa tienda y que estoy tratando de luchar contra comprar cosas que no necesito, pero obviamente voy perdiendo.


En una segunda visita donde según yo nada más iba acompañando a alguien me llevé unos tenis y un impermeable, este último sí lo necesitaba porque recordemos que en el Corona Capital 2014 casi morí de pulmonía cuando me empapé después de que no encontré alguno en tres centros comerciales que recorrí al buscar el maldito impermeable.


*Foto que no debía salir en este blog y que le envié a alguien en Whatsapp

Por supuesto que no hablaré siempre de mis insípidas compras y trataré de ir a algunas exposiciones como la de Gaultier (que supongo que es una retrospectiva pero no me he tomado dos segundos para googlearla porque paso todo el día escribiendo). O para conocer Colette y que se cumpla mi sueño de conocer una celebridad.  También prometo hacer un post sobre mis múltiples visitas a un café de gatitos donde aún no estoy muy segura si voy porque es tranquilo o porque llevo a otra persona a conocerlo...


 Una vez que me encontré a un amiguito en el metro...